Periodoncia.
Especialidad que estudia la prevención, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y las condiciones que afectan a los tejidos que dan soporte a los órganos dentarios (encía, ligamento periodontal, cemento radicular y hueso alveolar) y a los substitutos implantados.
La enfermedad periodontal gingivitis (inflamación y sangrado de la encía sin afectar el hueso) o periodontitis, donde ocurre la destrucción del hueso puede ocasionar la pérdida de los dientes.
Periodontitis inicial
- Gingivitis
- Sangrado leve de encías
Periodontitis moderada
- Recesión de la encía
- Pérdida del hueso
Periodontitis avanzada
- Piorrea
- Movilidad y pérdida del diente
Los cambios de coloración, tamaño, o consistencia de la encía son importantes referencias de alteración gingival, sangrado espontáneo, la movilidad y migración dental, el mal aliento, dolor al masticar, abscesos o sangrados abundantes.
Su diagnóstico precoz es condición necesaria para frenar su evolución.
La forma de medir es por medio de la sonda periodontal. Los dentistas obtienen la profundidad para medir la afectación de la enfermedad periodontal y la destrucción del hueso.
Es muy importante consultar al Odontólogo al menor síntoma o signo de inflamación y presencia de “sarro” ya que ahí fácilmente se pega una colonia de microorganismos (tártaro o sarro).
Controlar el biofilm microbiano y quitar el cálculo dentario frecuentemente es la manera correcta de prevenir una enfermedad que termina por aflojar los dientes, aunque aparenten estar sanos.
El sangrado de la encía, aunque solo sea durante el cepillado, no se debe considerar como algo normal, coméntelo con el odontólogo.
- Mecánico: Raspado coronal o eliminación de placa y la terapia de mantenimiento para el control a largo plazo de enfermedades periodontales.
- Antibiótico: La amoxicilina más ácido clavulánico a dosis altas puede considerarse una buena elección de tratamiento antiinfeccioso.
- Quirúrgico: En casos graves en los que la profundidad de las bolsas limitan la visibilidad y acceso.
- Masaje: El masaje periódico en las encías y dientes con los propios dedos es una práctica popular y extendida. Pero no es una práctica recomendada por los odontólogos.
Preguntas frecuentes
Las enfermedades periodontales son un conjunto de enfermedades que afectan a los tejidos (periodonto) que rodean y sujetan a los dientes en los maxilares.
Son enfermedades de naturaleza inflamatoria y de causa infecciosa (causadas por bacterias) que dependiendo de su grado de afectación las denominamos gingivitis, cuando el proceso inflamatorio solamente afecta al periodonto superficial (la encía) y no están afectados los tejidos que sujetan el diente.
Cuando el proceso inflamatorio afecta a los tejidos periodontales profundos, se produce destrucción del hueso y ligamento periodontal que son los tejidos que soportan y sujetan los dientes. A este grado de afectación lo denominamos periodontitis.
Existen varias fases de la periodontitis desde las fases iniciales a las más avanzadas. Si la periodontitis no se trata evoluciona destruyendo todo el soporte del diente y con ello el alojamiento y perdida del mismo. Por tal motivo es importante detectar la periodontitis y tratarla en sus estadios más iniciales.
Existen una serie de síntomas que permiten reconocer esta afección en cualquiera de sus estadios:
- Gingivitis: Cualquier afectación periodontal comienza en la encía. Ésta pasa de color rosado a rojo intenso, aumenta ligeramente de tamaño, duele levemente y sangra al cepillarse los dientes.
- Periodontitis inicial: La encía se retrae, es decir, los dientes parecen más largos. Se pueden apreciar grandes depósitos de sarro en los dientes, sobre todo en la parte frontal inferior.
- Periodontitis moderada: Existe una ligera movilidad de los dientes. A veces los dientes se desplazan y se crean espacios entre ellos. Las encías aparecen enrojecidas y sangran con facilidad. La halitosis (mal aliento) y mal sabor de boca son característicos. En ocasiones las bebidas o alimentos muy fríos o muy calientes producen dolor.
- Periodontitis avanzada: Todos los síntomas anteriores se acrecientan. Los dientes se mueven en exceso hasta que se terminan por caer. La encía sangra abundantemente y duele, lo que impide al paciente cepillarse correctamente los dientes, hecho que agrava aún más el problema.
La gingivitis además de producir inflamación de la encía y sangrado, sobre todo al cepillarse, en algunos individuos evoluciona a periodontitis, la periodontitis al destruirse el hueso que soporta los dientes en los maxilares provoca movilidad y separación de los dientes.
Con el tiempo los dientes acabarán perdiéndose, bien por la necesidad de extraerlos debido a su inestabilidad o bien por caerse prácticamente solos.
Se debe a unas bacterias que todos tenemos en la boca, alrededor de los dientes, y que si no eliminamos correctamente, ganan acceso al espacio entre el diente y la encía y pueden colonizar este espacio creciendo en número y provocando la reacción inflamatoria y destructiva que define a estas enfermedades.
Las bacterias por si mismas no son capaces de provocar las consecuencias de estas enfermedades, sino que necesitan de un individuo susceptible (predisposición genética) y un medio ambiente adecuado (factores como tabaco y estrés son factores de riesgo muy importantes en la colonización de estas bacterias).
La gingivitis es una de las enfermedades más frecuentes del ser humano, muy frecuente en todas las edades (en jóvenes 75% de 20 a 25 años).
Una parte de las gingivitis, aún en ausencia de tratamiento, no progresan a la destrucción de los tejidos periodontales de soporte dentario (periodontitis).
La periodontitis es muy rara en jóvenes y adolescentes (aproximadamente 1 caso/10.000). Sin embargo su frecuencia aumenta con la edad. Afecta aproximadamente a 80% de la población adulta con más de 35 años.
Por lo tanto, es una enfermedad relativamente frecuente en adultos y su frecuencia aumenta claramente con la edad.
Depende, unos pacientes evolucionan rápido y otros lentamente. Los de evolución rápida acostumbran a ser jóvenes y pueden perder sus dientes en 5 años.
En otros casos la evolución puede ser más lenta, pero si no se tratan adecuadamente Puede llegar a perder también sus dientes.
Si el paciente está en buen estado de salud, normalmente no se afecta su estado general, por ser una infección localizada exclusivamente en la boca. Sin embargo, puede afectar muy negativamente en casos de pacientes con enfermedades sistémicas crónicas tales como diabetes, enfermedades cardíacas, circulatorias, etc.
Igualmente, esta demostrada una clara asociación entre periodontitis y riesgo de infarto de miocardio y riesgo de niños prematuros y de bajo peso en mujeres embarazadas.
Estas infecciones también pueden representar un grave riesgo a pacientes inmunodeprimidos (pacientes con defensas bajas, tal como ocurre en pacientes en tratamiento de cáncer, pacientes con SIDA, etc…).
En los estados iniciales puede corregirse. Pero tiende a ser un cuadro crónico. Esto quiere decir que cuando el estado de la enfermedad es avanzado y se ha perdido mucho soporte óseo, lo más que se puede hacer es detener la progresión de la enfermedad para que no vaya a más.
El paciente debe ser consciente de su problema y asumir que, tras el tratamiento inicial, al menos una vez al año debe acudir al dentista a realizarse limpiezas de mantenimiento, durante el resto de su vida. La higiene oral es fundamental para tratar este tipo de problemas. Sólo de este modo se consigue una terapia eficaz.
El tratamiento básico, consiste en la limpieza exhaustiva de las encías por medio de un aparato de ultrasonidos, curetas (instrumentos de barrido) y pulidores. Todo esto va encaminado a eliminar toda la placa bacteriana causante del problema. El paciente es capaz de limpiarse la parte de los dientes expuesta en la boca, pero no puede acceder a la parte de diente que se encuentra por debajo de la encía. Esta tarea es la que va a realizar el odontólogo, de modo que tras la limpieza, la inflación decrece y la encía vuelve a adherirse al diente formando una barrera para que no pasen las bacterias.
El tratamiento básico se realiza por partes. La boca se divide en 4 cuadrantes, cada uno de los cuales se trata en diferentes sesiones. Cada sesión de limpieza se realiza bajo anestesia local, de modo que no duele. Su duración es de unos 45-60 min. Al finalizar la sesión y remitir el efecto anestésico, el paciente refiere muy pocas molestias, y en 3 ó 4 días el estado de las encías mejora asombrosamente. A partir de este momento será el paciente quien deba mantener la salud de sus encías y acudir a revisiones periódicas cada 4 o 6 meses.
El tratamiento regenerativo, en casos graves, cuando la afectación es muy acusada y se ha prolongado en el tiempo, el paciente ha experimentado una pérdida considerable de hueso. En estos casos, antes de cualquier tratamiento restaurador, es preciso reponer en la medida de lo posible las estructuras perdidas. Para ello se hace uso de diversos biomateriales: membranas, amelogenina, hueso, etc.
Todo ello se combina de manera eficaz para restituir la anatomía perdida.
Combatiendo la placa dental y prevenir enfermedades de los dientes y las encías.
- Hilo Dental: Use el hilo dental para remover los gérmenes y partículas de comida entre los dientes. Enjuague. Forma de sostener el hilo dental. Para quitar la placa entre los dientes superiores use el hilo moviéndolo de arriba a abajo. Para quitar la placa entre los dientes inferiores use el hilo moviéndolo de arriba a abajo.
* ¡Nota! Introduzca el hilo entre los dientes suavemente. No lo ‘meta de golpe’, esto podría herir las encías.
- Cepillo de Dientes: Use cualquier método de cepillar los dientes que le sea más cómodo, pero no los frote con fuerza de un lado a otro. Pequeños movimientos circulares y movimientos cortos de un a otro lado es lo mejor. Enjuage. Para prevenir las caries, lo que se pone en el cepillo es lo importante. Use una pasta dental con fluoruro. El fluoruro protege los dientes contra las caries.